MANY SEASONS TO FEEL GLAD, SAD, MAD

sábado, 17 de octubre de 2009
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A esta altura del año (a dos meses de Bariloche, ¡Por Dios!, que locura) empiezan los problemas existenciales de todo el mundo, sobre todo de aquellas personas que están por llegar al final de un etapa, listos (o no tanto) para meterse de lleno en otra. Por absurdo que suene, el futuro se nos viene encima, y a veces nos volvemos un poco locos, nos sentimos perdidos o, quizás, confundidos. Pero como siempre, el cambio es bueno. La vida se volvería aburrida y repetitiva si siempre fueran las mismas personas, los mismos lugares, la misma rutina. Es una cuestión de dejar de verle el lado malo a las cosas, y empezar a pensar en todas las buenas experiencias que vienen de ahora en adelante. Y cuando uno siente que se está perdiendo de algo, que no termina de entender lo que pasa, cuando todo viene demasiado rápido, es bueno cerrar los ojos y calmarse un segundo. Porque, sí, aunque siempre es bueno tener un plan, estos a veces no sirven. En muchas oportunidades, la vida se trata de improvisar en el camino, de aprender a jugar con las cartas que tenemos y no con las que podrían llegar a tocarnos. Y si bien a veces las cosas salen diferentes a como las esperábamos, de eso se trata: de saber levantarse, de volver a empezar, de saber improvisar con lo que nos tocó. La vida es demasiado cambiante e impredecible como para hacer suposiciones y, si uno vive pensando en las cosas, a veces se olvida un poquito de vivir.

Music: Flowers In The Window - Travis
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